Consejos para disfrazar al perro en Halloween sin que lo pase mal
Tu mascota no debe pasar una noche terrorífica. Si la vas a disfrazar, hazlo con cabeza.
Los animales no se visten como nosotros, ellos ya llevan su ropa de serie en forma de manto que les protege de las inclemencias del tiempo, los blindan ante el frío y hasta les quita el calor. En algunas circunstancias puede ser recomendable colocarle una prenda de abrigo al perro, por ejemplo, cuando se tiene un ejemplar cuyo hábitat natural es más cálido. También hay ocasiones, como los días lluviosos, en que los dueños preferimos ponerle un chubasquero a nuestra mascota (que le estorbe lo menos posible) para que no se ponga como muy sopa cuando la sacamos a pasear. Esto es muy distinto a ponerle un disfraz de Halloween, sobre todo un atuendo con el que claramente el perro no está cómodo. Nos referimos al típico disfraz de fantasma con la sábana encima de la cabeza (el perro difícilmente ve y puede tropezarse), a uno que le quede estrecho y a esos que se han puesto de moda y cubren todo el cuerpo del animal simulando que sus patas delanteras son brazos o es otro animal (muchas mascotas pueden agobiarse con estos últimos). El perro tampoco estará cómodo si lo vistes con tejidos muy abrigados o lana, de hecho podría sufrir un golpe de calor.
Fiesta de disfraces en tu casa
Este año vas a celebrar Halloween por todo lo alto y te hace ilusión vestir al peludo para la ocasión. Se presentan tres situaciones: que tu perro no permita que se le ponga absolutamente nada encima, que esté acostumbrado a llevar algo ligero como un pañuelo al cuello o que se pasee tan ricamente llevando todo la parafernalia a cuestas. En el primer caso, por el bienestar del animal te va a tocar aguantarte y no ponerle nada y en el segundo puedes optar por un collar ad hoc, un pañuelo de calabazas al cuello, una guirnalda en el cuello o incluso una diadema o gorrito, si se deja. Que tu perro se deje poner de todo no significa que le hagas pasar el mal rato de ir con algo con lo que no ve, le aprieta o se tropieza, cuida estos detalles.
Por último, hay perros que se agobian en ambientes ruidosos y llenos de gente. Reserva un rincón tranquilo para tu can, en caso de que prefiera estar fuera de la fiesta y no permitas que nadie lo atosigue.
A continuación te damos las pautas para disfrazar al perro en Halloween sin que esté incómodo. Ya sabes, a la primer señal de incomodidad, quítaselo todo.

Sí, a ti te encanta Halloween, te disfrazas ad hoc, decoras toda la casa, tienes preparado un saco de caramelos para todos los niños que toquen a tu puerta preguntando eso de “¿Truco o trato?” y hasta cocinas comida terrorífica, pero a tu mascota no tiene por qué gustarle, acéptalo.

Si el peludo intenta quitarse lo que le has puesto o directamente muerde la prenda, te está diciendo que, por favor, se lo quites, que no está cómodo.

Hay canes que no soportan que se les ponga nada encima (¡ni un pañuelo en el cuello!) y otros que les da exactamente igual llevar puesto un jersey perruno o algún accesorio por el estilo. Si tu mascota pertenece al primer grupo es obvio que no le deberías poner un disfraz.

Si al colocarle a tu perro un adorno de Halloween como un sombrero o una diadema, baja la cabeza es que no se siente bien, o estresado o asustado. No fuerces.

Asegúrate que el disfraz no es muy ajustado, sobre todo en la parte del cuello pues podría asfixiarle. Mejor optar por prendas holgadas.

Que el disfraz sea holgado no quiere decir que le vaya grande. Busca uno que sea exactamente de su talla para asegurarte que ve bien y puede andar normalmente. La prenda no debería llevar ningún elemento que cuelgue o sobresalga ya que podría asustarle.

Si vistes a tu mascota con un disfraz de lana, se le podrían meter pelusas en los ojos y la nariz y molestarle.

Tu perro ya lleva su “abriguito” en forma de un buen manto, no le provoques una subida de temperatura corporal poniéndole un disfraz confeccionado con un tejido grueso de invierno.

Esto es muy importante y ocurre de la misma forma que si la mascota se tratara de un niño pequeño. Nunca le pondremos ningún disfraz que lleve pequeños elementos como botones, pedrería o algún enganche pues podrían jugarle una mala pasada. El perro puede morder estos detalles y atragantarse con ellos.

Tu perro no tolera que lo disfracen, es lo más normal del mundo, es un animal y los animales no se visten pero a ti te haría ilusión ponerle algo y no quieres molestarle. ¿Qué tal un pañuelo de calabazas atado sin apretar al cuello? ¿Y un collar naranja con temática de Halloween?

Si vas a organizar una fiesta de disfraces en casa, no tengas al perro disfrazado horas antes de que comience. Ponle su traje cuando empiece.

Por favor, no disfraces a tu peludo de fantasma, con una sábana blanca por encima. No podrá ver correctamente y puede tropezarse.

Seguro que has visto perros disfrazados con un traje que les cubre todo el cuerpo y que simulan otro animal o parece que el can tuviera brazos. No es muy difícil comprender que con esa parafernalia la mascota puede no estar cómoda. Descarta este tipo de disfraces si ves al peludo agobiado.