
15 consejos para hacer ejercicio con tu perro
Ambos necesitáis estar en forma así que... ¿por qué no hacerlo juntos? Siguiendo estos consejos os convertiréis en la perfecta pareja para hacer deporte.
Los beneficios de hacer ejercicio con nuestro perro son múltiples, tanto para nosotros como para ellos. El principal es que nos mantendrá a ambos física y mentalmente activos y que estableceremos un vínculo aún mayor. Además, puede ser vuestro momento de desconexión de la rutina y de pasar un rato juntos, ya que en el día a día es complicado encontrar esos momentos.
Para ellos, el ejercicio es fundamental porque les mantiene sanos, activos y más felices. Dormirá mejor, su musculatura se mantendrá en forma, será más sociable y si tú le acompañas y establecéis una rutina, se volverá más obediente en el día a día. Además, previene el factor de la obesidad en perros, que resulta muy peligroso, sobre todo en perros pequeños y con condiciones hereditarias de tipo articular u óseo.
Otro gran beneficio es que aprenderás a conocerlo mejor: sus reacciones, sus interacciones con otros perros (en el parque, por ejemplo, o cuando os cruzáis con otros perros mientras hacéis deporte) y su resistencia al ejercicio.
Además, como nosotros, tras hacer ejercicio estará mucho más relajado, y tendrá menos posibilidades de sufrir estrés (porque sí, los perros también pueden sufrirlo). Será un perro mucho más equilibrado, se familiarizará rápidamente con los estímulos del exterior (coches, bicicletas, ruidos) y tendrá menos tendencia a la agresividad y a la inseguridad.
¿Cuál es el mejor ejercicio para un perro?
Un estudio de la Universidad George Washington llegó a la conclusión de que las personas que paseaban o hacían ejercicio con su perro con regularidad tenían menores índices de masa corporal, menos problemas crónicos de salud y presentaban menos síntomas de depresión que las personas que no tenían perro o las que sí tenían y no salían a caminar o a hacer otra actividad con ellos.
Sin embargo, para que disfrute y se beneficie lo máximo posible del ejercicio, debemos tener en cuenta su edad, sus condiciones físicas… Por ejemplo, para los perros ya mayores con artritis, es mejor varios paseos cortos a lo largo del día que media hora o una hora de ejercicio intenso, que resultaría perjudicial para sus articulaciones. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!

Muy importante: debes conocer tu forma física y la de tu perro antes de empezar con un ejercicio intenso al que no estéis acostumbrados ambos o alguno de los dos. Cuánto tiempo llevas sin hacer deporte intenso, cómo es la musculatura de tu perro... Aunque no te lo parezca, son factores clave.

No será lo mismo salir a hacer ejercicio un domingo relajado que un día entre semana después de trabajar, por ejemplo. Para adquirir el hábito, mejor un día desocupado (él también notará que estamos más relajados y lo identificará con un juego). En cuanto al momento, en verano evita las horas de calor, por ti y por tu perro.

No obligues al cachorro a correr desde muy pequeño; todavía es débil y debe formar su estructura ósea y su musculatura. Sin embargo, sí puedes ir entrenándole para cuando sea algo mayor dando pequeños paseos.

No todo tiene que ser correr o montar en bici. Puedes llevarle a jugar a la pelota (el fútbol suele encantarles) o al frisbee, pero también debes implicarte tú. Sino solo él hará ejercicio y la idea es que sea una actividad conjunta.

Caminad rápidamente, hasta llegar a trotar y luego a correr, o jugad un poco con la pelota antes de comenzar. Ten presente que él también se puede lastimar.

Cada vez es más común hacer ejercicio con nuestro perro y os encontraréis a otras parejas de deportistas. Si no se lleva bien con otros perros puede ser un problema...

Enséñale primero a caminar junto a ti siguiéndote el ritmo y cuando aprenda y empecéis a correr o a andar en bici, sigue el mismo método, y establece contacto visual con él. Tiene que seguir tu paso en todo momento para evitar accidentes. Es buena idea que, al principio, salgas a trotar un poco con él un par de veces al día hasta que se acostumbre. Al fin y al cabo, establecer una rutina de ejercicio también requiere de cierto adiestramiento.

Como cuando empiezas a hacer ejercicio solo, no empieces con una carrera de una hora. Debemos darle tiempo a acostumbrarse a la nueva actividad, a que siga las reglas y disfrute también.

La natación es un deporte perfecto para ellos, sobre todo para aquellos que sufren de displasias y defectos congénitos en huesos y articulaciones, como los labradores o los pastores alemanes, o para aquellos que se recuperan de alguna operación. Es un poco más complicado (por la falta de playas para perros y la casi ausencia de piscinas), pero si eres afortunado y tienes una en casa, es el deporte ideal.

Presta atención a cualquier signo de lesión: si cojea, se para, mantiene una extremidad en alto, te mira atentamente, no quiere andar y, por supuesto, si lloriquea, para inmediatamente y acude al veterinario.

Esto es algo fundamental tanto para él como para ti. Debes llevar siempre una botella de agua para él (hay en el mercado multitud de modelos) y otra para ti, o asegúrate de que hay fuentes en la ruta que toméis. Mantén la atención ante cualquier signo de deshidratación.

Que te acompañe cuando vas en bicicleta es un deporte bueno porque él irá corriendo y además les suele divertir. Sin embargo, no es una buena idea empezar por aquí, ya que el perro tiene que estar muy bien entrenado en seguirte el ritmo.

Hay que tener en cuenta la raza (o la mezcla de razas) y el tamaño y la musculatura del perro. Parece obvio, pero no todos requieren el mismo tipo de ejercicio ni la misma frecuencia. A un bulldog, por ejemplo, no debemos obligarle a realizar largas carreras por sus dificultades de respiración. Asimismo, a un perro tan activo como los de la foto, se le quedará corto un simple paseo...

También tendremos que tener en cuenta sus "preferencias". Un perro pequeño, como este de la foto, seguramente no quiera ni pueda correr largas distancias (otros del mismo tamaño igual sí, claro está). Hay que tener presente que también queremos que disfrute y no lo vea como algo negativo. Si queremos hacer ejercicio con ellos, tendremos que encontrar alternativas.

Por último, no todo tiene que ser correr, nadar o andar en bici: una simple caminata a paso rápido dos o tres veces por semana, o una excursión al monte los domingos, es muy beneficiosa tanto para humanos como para perros. Recuerda: la intención es disfrutar juntos.